El proyecto de Ley de Inversiones, que llegó la noche del martes a la Asamblea para su tratamiento, propone todo un capítulo sobre zonas francas, que se establecerán por un periodo de 20 años renovables, las veces que sean necesarias. Las zonas francas podrán ser propuestas por el sector público, Gobiernos autónomos descentralizados y el sector privado. En cuanto al sector privado se lo podrá hacer con miras a un modelo multiempresarial como uniempresarial.
Para entender cómo funcionarán las zonas francas (ZF), en palabras sencillas, la viceministra de Exportaciones e Inversiones, Lorena Konanz, explicó que una empresa inversora compra un terreno, posiblemente cerca de puertos, que facilitan el tema logístico. El sitio es de iniciativa propia del inversor, donde él visualice que pudiera tener éxito algún tipo de proceso industrial, de servicios y de logística. Este administrador puede, a su vez, permitir la participación de otras empresas en el proceso. Las empresas de ZF pueden comprar productos ecuatorianos, sin IVA, industrializarlos y luego exportarlos de manera competitiva, gracias a la serie de incentivos de los cuales se benefician estas zonas.
Pasados los 20 años, el Gobierno puede renovar su licencia de funcionamiento para que pueda seguir trabajando. Sobre los tipos de ZF, indicó que de manera general pueden ser multiempresariales, pero de manera excepcional podrían ser uniempresariales, siempre y cuando sea sobre un sector que no exista en el país. Y puso como ejemplo la fábrica de vacunas que se está pensando construir por parte de Sinovac.
Es que la ley crea “Otros destinos aduaneros” que serían las zonas francas (ZF) y se mantienen las Zonas Especiales de Desarrollo Económico (ZEDE). Ambas a cargo del Comité Estratégico de Promoción y Atracción de Inversiones (Cepai), que además serán controladas por aduanas. Las zonas serán autorizadas por el Gobierno. Estas zonas son “un destino aduanero, dentro de un espacio delimitado del territorio, para que se asienten nuevas inversiones”.
Aunque la existencia de zonas francas es un concepto extendido a nivel regional, en el Ecuador aún no está en sus primeros pasos de difusión. De acuerdo con la ley, las mercancías allí ingresadas, así como los servicios prestados en ellas se considerarán fuera del territorio aduanero nacional, en lo que respecta a derechos arancelarios, impuestos y recargos.
Las empresas que inviertan en zonas francas tendrían varios incentivos: exoneración del impuesto a la renta durante diez años y luego de ello reducción de 10 puntos del mismo. Además están exoneradas del ISD y del pago de aranceles.
Entre los objetivos detallados en la ley está el fomentar empleo, competitividad, atraer inversiones, facilitar el comercio exterior, integrar al Ecuador en cadenas globales de valor a través de la reexpedición, exportación o reexportación a terceros países. Asimismo, generar transferencia tecnológica, aumentar el desarrollo turístico y promover el desarrollo integral de la salud. También podrá ser una herramienta para fomentar el desarrollo económico agroasociativo en el que participen las organizaciones indígenas, afroecuatorianas, montuvias, entre otras.
Lorena Konanz recordó que en el Ecuador existió una ley de zonas francas que ya no está vigente y que nunca generó resultados, pues no atrajo inversiones. El principal motivo fue que en el modelo anterior era el Estado el que decidía en dónde serían dichas zonas francas y la actividad a impulsar.
Explicó que actualmente sí existen las Zonas Especiales de Desarrollo Económico (ZEDE) y que en Ecuador han tenido un relativo desarrollo y son las zonas de la Espol, DP World y Contecon. Estas pueden mantenerse o pueden migrar, si desean ser zonas francas.
Sobre posibles zonas francas que están en el radar del Gobierno, Konanz dijo que aún es temprano para saberlo; sin embargo, sabe que hay muchas empresas internacionales que están mirando a la región y que podrían escoger al Ecuador para asentarse. Expuso, por ejemplo que en Colombia hay 120 zonas francas, enfocadas en textiles, en moda, fabricación de ambulancias, entre otros productos.
Konanz habló el día de la presentación de la ley del desarrollo de temas de turismo y salud. Este miércoles expresó que este tipo de temas podrían funcionar, por ejemplo, empezando con la construcción de hospitales y de zonas turísticas a las cuales puedan llegar los clientes extranjeros: se puede hacer turismo de salud, como en Colombia existe con respecto a la rama oftalmológica, comentó. Aclara que los consumidores ecuatorianos no se beneficiarán de estas exoneraciones, pues de lo contrario sería una competencia desleal para las empresas locales.
La ley ya genera expectativa en el sector empresarial. Holbach Muñeton, representante del sector turístico del país, consideró que la ley de Inversiones es positiva. Estimó que en el ámbito turístico podrán venir nuevas marcas, lo cual es positivo. Comentó que no se debe perder de vista que este trabajo que ya están haciendo las autoridades debe estar acompañado por incentivos, por promoción, para que haya más demanda para venir a visitar el Ecuador. Explicó que el inversionista toma en cuenta varios parámetros al momento de invertir en un país y a más del tema de la legislación, toma en cuenta la seguridad jurídica, las proyecciones de crecimiento, la gobernabilidad, entre otros.
En todo caso, sobre las zonas francas, Muñeton dijo que ve potencial, por ejemplo, en la Ruta del Spondylus, tal vez el mercado de casinos que puede seducir a consumidores chinos. Consideró que todo debe estar concatenado con un plan a corto, mediano y largo plazo.
No desaprovechó la oportunidad para indicar que así como se brindan varios incentivos al inversionista de fuera, a la empresa local también se le debe apoyar y su pedido puntual fue que se faciliten créditos a través de CFN, que deberían ser a 15 años y al 3 %. Señaló que su sector en este momento en el que la pandemia ha bajado de intensidad está ilíquido, pero es solvente.
Entre tanto, Miguel Ángel González, presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano (CEE), comentó que la posición de su gremio es que la ley tiene un norte claro: atraer inversiones y generar empleo. “Los objetivos planteados como sustento de este proyecto son afines a los que impulsa y promueve el Comité Empresarial Ecuatoriano, particular que vemos con absoluto optimismo”. En todo caso, dijo que están analizando el proyecto de Ley para proponer mejoras sobre los detalles y que todos los sectores productivos puedan aprovecharlo.