Por cinco proyectos estratégicos que arrancaron en el gobierno del expresidente Rafael Correa se pagaron USD 4 900 millones, cuando debieron costar la mitad. Se trata de las refinerías de Esmeraldas y del Pacífico; la terminal marítima Monteverde; el poliducto Pascuales-Cuenca y la planta de gas natural Bajo Alto.
A esta conclusión llegó la auditoría
realizada con el apoyo de Naciones Unidas y que fue anunciada la noche de ayer
(3 de enero del 2019) por el presidente Lenín Moreno, en cadena
nacional.
La evaluación técnica de estos proyectos estuvo a cargo de tres empresas
españolas, una de EE.UU. y una de Reino Unido, contratadas bajo
licitación a un costo de USD 3,3 millones.
“Las conclusiones son tan vergonzosas y escandalosas que he decidido presentar
una denuncia con los informes íntegros ante la Contraloría y la Fiscalía,
para que se investiguen todos los delitos que se hubieran cometido perjudicando
a los ecuatorianos”, afirmó el Mandatario.
La auditoría reveló que la rehabilitación de la Refinería de Esmeraldas
costó USD 2 230 millones, pese a que su presupuesto inicial fue de USD 754
millones y no ha sido arreglada hasta hoy. El 99% de la inversión se contrató
“a dedo” y solo el 1% por concurso.
La repotenciación de la refinería estuvo a cargo del exgerente de Petroecuador
y exministro de Hidrocarburos, Carlos Pareja Yannuzzelli -actualmente preso, y la firma Worley
Parsons, cuyo representante, Raymond Falcón Jr. -ciudadano
estadounidense-, fue sobreseído en uno de los casos que llevaba la Fiscalía con
informe de indicios de responsabilidad de la Contraloría.
Pese a que Worley Parsons gerenciaba el proyecto, también recomendaba
las contrataciones, evaluaba, daba el visto bueno a las ofertas y fiscalizaba,
es decir, era juez y parte.
El 23 de enero del 2017, EL COMERCIO publicó una investigación tras revisar las
base de datos de Petroecuador y de más de 3 000 documentos que la
empresa petrolera envió a la Fiscalía. Ahí se evidenció que el gasto
representó 2,7 veces más de lo programado por la Marina, que estuvo en la fase
inicial del proyecto.
La Refinería del Pacífico tiene un sobreprecio del 23%. Se invirtieron
USD 1 521 millones en licencias, remoción de tierras y el acueducto La
Esperanza. Estas inversiones pudieran quedar en nada porque solo las licencias
que costaron USD 600 millones no se pueden transferir y los inversionistas
privados han cuestionado la ubicación del proyecto. El Presidente reconoció que
la obra está abandonada por un conflicto con la venezolana Pdvsa, que es
accionista. Sus directivos están vinculados al pago de coimas de Odebrecht,
firma que realizó las obras.
Para Moreno, con ese dinero se hubiera pagado la deuda con más de 12 000
jubilados.
En el poliducto Pascuales Cuenca, su valor pasó de USD 250 millones a
623 millones, es decir, también se triplicó.
Este proyecto de Odebrecht está en estado crítico por errores de
ingeniería y no entra a una remediación; hay riesgo de fuga de gas al colapsar
las tuberías. No existen evidencias de que las fallas hayan sido reportadas por
la fiscalizadora, a la cual se pagó, incluso, USD 7 millones más.
Monteverde, ubicada en Santa Elena y construida por la china
Shi-Asia & Asociados, se duplicó. Los pilotes que soportan el puente de
acceso, fijados en el mar, no tienen protección contra la corrosión. Para
proteger esta estructura se requieren USD 21 millones.
El sistema fue diseñado para producir una mezcla de 6 000 toneladas de gas,
pero solo generaba 2 300 t diarias hasta marzo del 2018, según reveló este
Diario. El país no necesita más que ese volumen. Esta obra fue evaluada por la
consultora Worley Parsons.
La planta de licuefacción de gas natural de Bajo Alto, inaugurada el 21
de noviembre del 2011, fue construida por la empresa española Ros Roca, que
recibió USD 49,2 millones por el contrato. Un año después, la misma firma fue
contratada para mantenimiento y suministro de combustibles, por lo cual recibió
USD 10,6 millones.
Según el Presidente, esta obra opera al 50% de su capacidad instalada,
costó USD 76 millones y tiene un sobreprecio de USD 36 millones. Actualmente,
la planta se está hundiendo, por lo que habría que demolerla, reconstruirla y
paralizarla por 150 días.