Techos de tasas de interés y la mora complican al microcrédito

El segmento de microcréditos es uno de los que enfrenta mayores desafíos para fortalecerse en el contexto actual. Las nuevas colocaciones de estos préstamos se han desacelerado significativamente en los últimos meses y la tasa de morosidad ha incrementado y es una de las más altas.

Los microcréditos son préstamos que se destinan para actividades de producción y/o comercialización en pequeña escala. En el país estos tienen una clasificación de acuerdo al monto de ventas de los clientes (ver recuadro).

El sector de emprendimientos y microempresas es clave para la economía, pues generó el       25,47 % del empleo en 2021, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Además, de las 849.831 empresas registradas en Ecuador en 2021, el 99 % corresponde a micro, pequeñas y medianas.

Sin embargo, el financiamiento para este sector tiene complicaciones. Entre enero y marzo de 2023, el microcrédito cerró en $ 646 millones, lo que significó un incremento del 5 % frente a igual período de 2022. No obstante, su desempeño evidencia una desaceleración, comparado con el crecimiento del 44 % que tuvo en el mismo período de 2021.

Para Marco Rodríguez, presidente ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), esto es resultado del desafiante contexto internacional, por el incremento de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). Esta dinámica influye en que el financiamiento para las entidades financieras sea más costoso si buscan fondos en el exterior. A esto se suma el riesgo país elevado de Ecuador, que encarece el crédito al Gobierno y al sector privado.

Por ende, las operaciones como el microcrédito cuentan con menor flujo de liquidez, lo que puede generar menos operaciones o que menos personas accedan al financiamiento, explica David Castellanos, catedrático de la Universidad Andina Simón Bolívar. Eso ya sucede, puesto que el número de clientes se ha desacelerado. Entre enero y marzo de este año, 126.416 microempresarios accedieron a un microcrédito. Esto representa una caída del 2,2 % con relación al mismo período de 2022, que llegó a 129.324 clientes. Así se está entregando más microcrédito, pero en menos manos, recalca Rodríguez.

Para el sistema financiero, las complicaciones de este financiamiento también son consecuencia de los techos a las tasas de interés en Ecuador. Desde el 2007, el Gobierno impuso límites a los intereses que los bancos privados pueden cobrar por prestar dinero a los clientes.

Para el microcrédito, esto es un grave problema porque la actual tasa de interés no compensa el riesgo de prestar dinero a perfiles de mayor riesgo (mal historial crediticio o sin historial, ingresos variables y otros), dice Patricio Chanabá, director ejecutivo de la Asociación de Instituciones de Microfinanzas (Asomif). En el último año, la tasa de interés promedio de este segmento fue entre el 20,7 % al 20,92 %.

En algunos casos, las entidades financieras invierten más recursos para poder financiar a clientes con cierto nivel de riesgo, afirma Chanabá. “Los oficiales de crédito les visitan en sus sitios de trabajo o en sus viviendas, les arman un estado de pérdida de ganancias, averiguan todos la situación patrimonial, su voluntad de pagos, etc. para poderles dar un crédito”, asegura el directivo. En este escenario, controlar los retrasos en los pagos de microcréditos también es un nuevo desafío para las entidades financieras. Para abril de este año, la tasa de morosidad de este segmento llegó al 6,57 %, una cifra que incluso es mayor a los niveles de pandemia.

Este incremento se debe al cambio normativo vigente desde este año, que realizó la Junta de Política y Regulación Financiera. Con lo cual una deuda se declara vencida nuevamente en 30 días y no en 60, como en la pandemia.

Pero en el microcrédito hay otros factores de incidencia, considera Chanabá. Entre ellos, el inconstante proceso de recuperación económica de los microempresarios, que se ha visto afectado por la coyuntura política, como la paralización de junio de 2022 y ahora los cambios gubernamentales, que generan incertidumbre. A esto se suma el contexto económico del alza de precios y de incrementos tributarios, que se efectuaron a finales de 2021.Castellanos considera que el nivel de morosidad se mantendrá en el primer semestre de este año, dependiendo de la influencia de los factores externos.

Los nanocréditos apuntan a los jóvenes

Las entidades financieras en el país han apostado por la inclusión de nuevos clientes, a través de la tecnología, por ejemplo, a través de los pagos con QR. Ahora lo hacen mediante los pequeños financiamientos de consumo, también conocidos como nanocréditos.

Estos financiamientos son de bajo monto. Banco Pichincha tiene ahora esta alternativa para entregar crédito de mínimo 100 dólares y máximo 500 dólares, en un plazo máximo de 6 meses.

Las entidades ofrecen estos préstamos para clientes que enfrentan emergencias y requieren financiamiento oportuno sin caer en manos de prestamistas informales. También es oportuno para complementar gastos como estudios, viajes o compras.

Según Banco Pichincha, esta es una estrategia de inclusión financiera, enfocada principalmente en los jóvenes y en los nuevos usuarios del sistema financiero.

DIARIO EXPRESO