La decisión de Estados Unidos y Reino Unido de prohibir la compra del petróleo ruso, como una sanción a ese país por haber invadido territorio ucraniano, ha llevado a algunas petroleras norteamericanas como Valero Energy Corp y Marathon Petroleum Corp, junto con la unidad comercial de Shell Plc a buscar suministros en otros países. Ecuador ha entrado a ese radar, pero aunque esa demanda de insumos puede representarle mejores rentas, de llegar a incrementarse tendría dificultad para atenderla.
Los programas globales de reactivación económica, encabezados por las grandes potencias y el conflicto ruso avizoran una mayor demanda de crudo que, para este año, según se ha proyectado, podría hacer que la cotización del barril del WTI, de referencia para Ecuador, se mantenga a lo largo de este año en $ 90 promedio, $ 30 más de lo que el país ha presupuestado para este 2022. Eso, según ya reconoció el presidente Guillermo Lasso, el martes pasado, podría generar rentas fiscales adicionales de hasta $ 1.500 millones para este año.
El cálculo, explica Fernando Santos, exministro de Energía, sale de la capacidad de bombeo que actualmente tiene el país, que en realidad se transforma en un ingreso limitado, frente al potencial que la coyuntura ofrece. “Se fija eso porque en el presupuesto de este año, está previsto que el Ecuador produzca menos de los 500.000 barriles diarios”.
Según una publicación del medio internacional Bloomberg, representantes de empresas y refinerías de Estados Unidos mantuvieron esta semana una reunión con Pablo Noboa, gerente de Comercio Internacional de Petroecuador, en Luisiana. Estarían interesados en adquirir fueloil directo, una materia prima utilizada para reemplazar el crudo pesado que es similar a lo que produce Ecuador.
$ 95,04
Es el precio con el que cerró ayer el WTI, de referencia para Ecuador.
Marathon, el mayor fabricante de combustible de Estados Unidos, estaría buscando entre 11 y 22 cargamentos; Jamaica Petrojam Ltd apuntaría a un monto similar y Shell estaría buscando extender un contrato de suministro que vence en diciembre de 2023.
¿Tendría el país capacidad para incrementar su oferta? Este Diario intentó tener una visión sobre el tema de parte de las autoridades de Petroecuador, pero se dijo que por tema de agenda, la entrevista no puede ser concedida. No obstante, expertos petroleros coinciden en que, ahora mismo, un incremento en la oferta no sería posible. “Estamos produciendo un promedio de 470 a 480 mil barriles por día, cuando nuestra media siempre ha sido 530.000 barriles. Lo que hemos tenido más bien es un retroceso en su producción, producto de los malos manejos en este sector”, dijo Miguel Robalino, analista petrolero.
Las posibilidades que el país tiene para elevar su oferta podrían llegar, pero a mediano plazo, impulsando los trabajos del Ishpingo, el área más grande de reserva del campo ITT, que se alista para iniciar el proceso de perforación. En un año, dicen los expertos, podría llegar a producir unos 80.000 barriles adicionales por día.
Robalino señala que la industria petrolera, sujeta a los cambios de un mercado volátil, debería estar preparada para aprovechar este tipo coyunturas, pero eso es algo en que no se ha trabajado”. La política de desarrollo de la industria petrolera sigue siendo una deuda también del actual Gobierno que, en el 2021 incumplió con su meta inicial de retomar el nivel de bombeo tradicional, y que hasta ahora no ha podido enrumbar su plan de duplicar la producción. Eso fue diferido para el 2028.
En un escenario en que se hablan de mayores ingresos, coincide, René Ortiz, también exministro de Energía y Recursos Naturales no Renovables, el país debería priorizar el uso de recursos en invertir en este sector. La crisis de ucrania, dice, ha reactivado la temática de la independencia energética, en la que las energías fósiles seguirán siendo claves a mediano y largo plazo.
Así también lo cree Robalino, quien señala que después de 50 años de producción y exportación petrolera, Ecuador debería ya haber logrado, no solo mejorar sus niveles de bombeo y calidad de su crudo, sino estar industrializándolo, para no tener que depender de la importación de derivados. “Colombia, teniendo el mismo nivel de reservas, ha podido alcanzar el millón de barriles por día y llegar a ser considerado por tener una de las mejores empresas estatales del mundo”, dijo.