La producción petrolera diaria del Ecuador se ubicó el 7 de febrero en 439.399,45 barriles tras el reinicio del bombeo de crudo del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP). El 6 de febrero, los niveles de producción habían estado en 418.214,51 barriles día. Es decir hubo un incremento de 21.175 barriles.
El aumento, según los datos de la Agencia de Regulación y Control de Energía (ARC) el mayor incremento se registra en el campo Edén Yuturi que maneja Petroecuador. Este subió su producción de 12.999 a 29.472 barriles. También el Bloque 31 (Apanka Nenke) se incrementó de 0 barriles a 4.272 barriles. Entre tanto, ayer se esperaba que se retomara la producción del campo ITT que produce unos 60.000 barriles y que debido a los problemas con el OCP estaban en cero de producción.
Es que ayer el OCP anunció que retomó sus operaciones luego de 11 días de que paralizó el bombeo en la zona de Piedra Fina, donde el ducto sufrió una rotura, por efectos de una piedra que le cayó.
“Reiniciamos el bombeo en la tarde de ayer lunes, 7 de febrero, culminamos la reparación del ducto y ya podemos transportar de nuevo la riqueza del Ecuador hasta el puerto en Esmeraldas para su exportación”, afirmó Jorge Vugdelija, presidente ejecutivo de OCP Ecuador.
Ahora el nuevo frente que debe enfrentar OCP es el tema de la remediación ambiental.
De acuerdo con la empresa, las acciones de remediación ambiental y la compensación social se están llevando organizadamente de acuerdo al plan aprobado por las autoridades y con todos los controles del Estado, según el ejecutivo. Durante este evento de fuerza mayor la empresa transportadora ha contratado tres empresas especializadas que trabajan con más de 790 personas en territorio y maquinaria especializada.
OCP Ecuador ha conseguido avances significativos en remediación habiendo recogido más de 1.000 metros cúbicos de tierra con trazas de crudo. En temas de compensación social, informó que ya se han entregado 120.000 litros de agua, en tanqueros, la mayor parte, y kits de alimento que cumplen con la norma técnica del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias. Igualmente, se han iniciado las jornadas médicas para atender temas de salud básica en las poblaciones cercanas.
Sin embargo, las comunidades del sector del bajo Napo viven una historia distinta. Xavier Solís, abogado de la Fundación Alejandro Labaka, explicó que no se han dado labores de remediación en este sector. En el río Coca sí se ha visto trabajo de remediación, pero en el Napo no. Explicó que el problema ambiental ha sido grave. Incluso el propio Ministerio del Ambiente advirtió de una mancha de crudo que había llegado hasta el Parque Yasuní. Así José Orellana, alcalde del Municipio de Aguarico, cercano a la zona del Bajo Napo, también denunció la falta de remediación.
Para Solís, las zonas del Coca y del Napo son puntos que ya han sido afectados de manera sistemática por las labores petroleras. Así, con base en las propias cifras de las empresas transportadoras y productoras de crudo, recuerdan que se han vertido en la zona al menos 48.000 barriles en cuatro derrames, desde el 2009. Recordó que el OCP se rompió en febrero del 2009 y hubo un derrame de 14.000 barriles, por lo cual la ciudad del Coca se quedó sin agua dos meses. En 2013 el SOTE tuvo un problema en la zona de El Reventador, que ya es una zona de riesgo por deslaves, erupciones, entre otros. Esta vez se vertieron en tierra y aguas 11.480 barriles.
El peor desastre ocurrió en abril del 2020 por efectos de la erosión regresiva. En ese momento fueron 15.800 barriles afectando a los mismos ríos, misma población, mismas comunidades, mismas ciudades, comenta Solís.
El último capítulo es del reciente derrame de 6.300 barriles.
Frente a este panorama la Fundación Alejandro Labaka y otras organizaciones de derechos humanos están pidiendo que haya reparaciones integrales y a largo plazo. “Las soluciones de corto plazo ya no son efectivas”, comenta Solís. Explica que por más bidones de agua y alimentos que se entregaran, la población ya no puede ni debe regresar al río porque este está sumamente contaminado. “La gente necesita agua y alimento, pero a largo plazo y se deben hacer proyectos en este sentido”, dijo. La fundación también aguarda el pronunciamiento de la Corte Constitucional para que se emitan medidas de reparación integrales por lo ocurrido en el 2020.