Las ventas crecieron 4% durante el 2018

Comercio, manufactura y comunicación e información fueron las actividades económicas que registraron el mayor incremento de ventas durante el año pasado.

En total, la facturación del 2018 aumentó 4,1% frente a la del año previo, según datos de la consultora Infomedia, con base en información del Servicio de Rentas Internas (SRI).

Pese a ello, el crecimiento es menor si se considera que durante el 2017 las ventas crecieron 7%, señaló Pablo Arosemena, presidente de la Federación Nacional de Cámaras de Comercio del Ecuador.

En el caso del comercio, “los aranceles excesivos, la tasa aduanera (ya derogada) y la falta de competitividad impidieron un mayor crecimiento”, dijo Arosemena.

14 de las 21 actividades registradas en el SRI mostraron un desempeño positivo. En cambio, siete cayeron.
Entre las que crecieron está el sector comercial, que agrupa categorías como vehículos, electrodomésticos, supermercados, celulares y otros.

La actividad que más creció en este segmento fue la de autos. Las concesionarias facturaron USD 6 408,5 millones en el 2018, un aumento del 19,8% frente al año previo.

Esto fue consecuencia de la demanda que estuvo represada entre el 2015 y el 2016, producto de diversas restricciones, como los cupos o aumento de impuestos. En total, el sector vendió 137 615 unidades, la cifra más alta desde el 2012.

En cambio, la actividad que más vendió al por mayor en el 2018 fue la de enseres domésticos, con USD 8 238 millones, un 5,4% más que el año previo. Este sector incluye principalmente refrigeradoras, televisores, muebles.

Algunos segmentos de la manufactura también se recuperaron, entre ellos la elaboración de bebidas. El resultado es importante, luego de que en el 2017 cayeran las ventas debido al impuesto a bebidas azucaradas. Las empresas hicieron frente a este escenario con innovación.

“Existe un portafolio de bebidas con edulcorante no calórico e incluso bebidas que contienen un porcentaje de azúcar y otro de edulcorante”, dijo Francisco Mena, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Bebidas No Alcohólicas.

También hay cambios en los tamaños de los productos, que se adaptan a requerimientos y a los presupuestos familiares.

En cambio, la industria de bebidas alcohólicas tuvo que enfrentar varios desafíos para mantenerse en el mercado.

En el 2018, el sector formal que fabrica licores en el Ecuador experimentó un descenso frente al 2017, cuenta Jorge Talbot, gerente de la Embotelladora Azuaya (licor Cristal).

Dos factores explican este comportamiento. Talbot dice que el primero es el mayor ingreso de licores importados, como whisky, vinos, gin, entre otros, principalmente desde la Unión Europea. Sus precios son menores por la reducción de aranceles, tras la vigencia del acuerdo comercial.

El segundo factor -destaca- es el contrabando y la producción informal de licores en el país. Talbot señaló que, pese a esta situación, las ventas de Embotelladora Azuaya se han mantenido en relación con el 2017, aunque no precisó cifras.

Señala que para lograr este resultado se echó mano de la innovación y la diversificación en sabores y presentaciones. Y optaron por las promociones. Esta empresa cuenta con cerca de 20 tipos de productos, de los cuales ocho pertenecen a la línea de aguardientes. El resto son whisky, vodka, gin, bebidas Ready-to-Drink (RTD), entre otras variedades.

El sector de telecomunicaciones también creció, pero no en los niveles esperados, comentó la empresa Claro. El año pasado, la firma registró ingresos por USD 1 309 millones, apenas 8 millones más que lo facturado en el 2017.

“La industria se ha venido contrayendo por una serie de restricciones y medidas que afectaron el impulso con el que se venía desarrollando”, respondió Claro por correo.

Se trata de dos impuestos: el de participación de mercados (creado el 2015 en la Ley de Telecomunicaciones) y consumos especiales (introducido para el área corporativa con la Ley de Régimen Tributario).

A otras actividades no les fue bien el año pasado. Una de ellas es la construcción, que evidenció un decrecimiento del 17%, sobre todo en las ventas de bienes inmuebles residenciales y en la construcción de vías y carreteras.

Silverio Durán, presidente de la Cámara de la Industria de la Construcción, indicó que, pese a la eliminación de la Ley de Plusvalía en el 2018 y el anuncio de incentivos para el sector, no hay reactivación.

“La reducción del empleo es uno de los tantos factores que ha incidido en una menor capacidad adquisitiva para que las personas compren bienes inmuebles”, afirmó Durán.

Otro sector con bajo desem¬peño fue el de actividades profesionales, con una caída de 4,9% en ventas; entre ellas, consultorías en ingeniería y asesoramiento a las empresas.

Arosemena consideró que la actividad económica perderá ritmo en este año.

DIARIO EL COMERCIO