“La política es el peor enemigo de la economía” es una de las frases que se escuchan de manera recurrente entre expertos en el tema. En el caso de los 40 años de democracia en el país, la sentencia parece cumplirse al pie de la letra.
Estas cuatro décadas se han caracterizado por su inestabilidad política, con gobiernos populistas que han gobernado para ganar votos. ¿La consecuencia? Una economía sin visión de futuro y muy cortoplacista. Así lo ven varios expertos en la materia.
Jaime Carrera, director del Observatorio de la Política Fiscal, divide los 40 años de democracia en dos partes: antes y después de la dolarización.
Paralelamente, las bonanzas petroleras –de 1970 y 2007– también marcaron el ritmo económico. Para Carrera, las consecuencias de ambos boom fue el mayor gasto caracterizado por un total desorden económico. Así, la democracia le llega al Ecuador viviendo la resaca de la primera bonanza del petrolero. Entre los años 80 y 90 enfrentó paquetazos económicos y protestas populares y para 1999 se rebasa el punto crítico y el sistema económico y financiero se quiebran.
En cifras, entre los años 80 y 90, la democracia se vivió con crecimientos modestos del PIB y a veces decrecimientos. Siempre de la mano de los vaivenes del precio del crudo, que en ese periodo tuvo un promedio de $20. Los niveles inflacionarios de hasta 95% a final del siglo, así como el precio más bajo del crudo de $ 9,2 en 1998, y el drama de la caída de los bancos, dejaron una huella en el recuerdo de la ciudadanía.
La salida en ese momento fue la dolarización que, de acuerdo con la visión de Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal, es de largo la más positiva medida tomada en este periodo democrático, sobre todo porque llegó para quitarles el poder a los políticos de emitir dinero sin respaldo.
En cambio, ya en la dolarización se pueden mirar dos periodos, el primero del 2000 al 2006 cuando hubo un crecimiento económico sostenido.
De hecho el mayor índice del PIB de los 40 años se registra en 2004, con el 8,2% durante el gobierno de Lucio Gutiérrez. La otra etapa de la dolarización fue durante el segundo boom, 2007-2013, en el cual nuevamente se produce un gasto a manos llenas, acompañado por un alto endeudamiento. El precio del crudo llegó al récord de $ 98,50 en el 2012.
La deuda pasó de 16,4% en 2008 (tras la recompra de deuda por moratoria) hasta sobrepasar el 40% a finales de la era correísta. Actualmente la deuda interna y externa está en el orden del 47%, aunque según la nueva metodología de medición (que incluye preventas petroleras) está en 51,23%.
Ahora Ecuador ha empezado a vivir la etapa de ajuste del último festín petrolero, y no se sabe cuánto durará. Acosta considera que durante estos 40 años el país no ha logrado superar la trampa del populismo, cuyo objetivo es gobernar para el momento. “Debemos elegir estadistas que tengan objetivos de largo plazo”, opina.
Y coincide Carrera, quien explica que otros países no han dejado que la política se imponga y han avanzado en su economía. Pone como ejemplo a China, que pese a su gobierno de izquierda decidió abrirse a los mercados y ahora es una potencia. Chile, a través de su Concertación, no ha dejado que la ley del péndulo le distraiga del rumbo económico. Otro ejemplo es España, con su Acuerdo de la Moncloa.