Este 31 de agosto de 2021, la agencia calificadora de riesgos Fitch, una de las tres más importantes del mundo, anunció que mantiene la nota crediticia de la deuda ecuatoriana.
“La calificación ‘B-’ de Ecuador equilibra los altos indicadores sociales y de ingreso per cápita con un crecimiento económico débil (tanto antes como durante la pandemia), una posición de liquidez externa baja, aunque mejorada, y un historial de pago deficiente de la deuda que incluye un reciente canje de bonos en dificultades en 2020”, señala el reporte de la firma calificadora.
Fitch señaló que la Perspectiva Estable equilibra las perspectivas de consolidación fiscal y un crecimiento más fuerte bajo un nuevo gobierno orientado al mercado con la incertidumbre en torno a la estrategia y la viabilidad política de los planes para lograr estos objetivos.
Además, la calificadora señaló que los desafíos fiscales y financieros persisten a pesar del alivio ofrecido por la reestructuración de los bonos, aunque el aplazamiento del servicio de la deuda comercial que esto supuso ha contribuido a reducir los riesgos de reembolso a corto plazo. Los precios más altos del petróleo respaldarán los objetivos fiscales y de crecimiento, pero no evitarán la necesidad de reformas y ajustes potencialmente difíciles para lograrlos. Fitch espera que el gobierno pueda renegociar un Acuerdo de Facilidad Extendida (EFF, por sus siglas en inglés) con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para lo cual están en conversaciones.
Fitch espera que el déficit del gobierno disminuya a 4,2% del PIB en 2021 desde 7,6% en 2020, debido a una recuperación cíclica de los ingresos tributarios, menores costos de intereses debido a la reestructuración de bonos y mayores precios del petróleo.
La agencia también espera que el país pueda cubrir sus necesidades de financiamiento para 2021 con dinero de la asignación de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI ($ 950 millones, utilizables para fines fiscales) y fondos esperados del nuevo acuerdo ($1.500 millones) y otros organismos multilaterales.
Sin embargo, dice la firma, el Gobierno ecuatoriano ha enfrentado dificultades de financiación en lo que va de 2021, dadas las demoras en estos fondos multilaterales, lo que ha provocado una acumulación de atrasos (principalmente con otras entidades del Estado) y una mayor dependencia de las letras del Tesoro locales a corto plazo (Cetes).
La agencia calificadora prevé que a partir de 2022, cuando los fondos del nuevo acuerdo con el FMI se agoten, es posible que Ecuador deba regresar a los mercados internacionales para emitir bonos para satisfacer sus necesidades de financiamiento.
Fitch proyecta que la economía de Ecuador crecerá un 4% en 2021 después de una contracción del 7,8% en 2020, lo que refleja una recuperación relativamente lenta, aunque más fuerte de lo que se había previsto, dados los precios del petróleo más altos que respaldarán una postura fiscal más acomodaticia, una rápida recuperación en el crecimiento del crédito ( 9% interanual a julio), y la aceleración de la vacunación.
El lunes pasado, la calificadora Standard & Poors también mantuvo la calificación de la deuda de Ecuador en B- con perspectiva estable.