Hasta este junio, la deuda de Ecuador adquirida mediante bonos suma USD 16 813 millones, sin contar con el monto de intereses semestrales. Esa suma equivale a cinco veces el presupuesto que este año se asignó a los programas del Ministerio de Salud.
El 95% de la deuda en bonos (USD 16 056 millones) se debe a los papeles colocados desde el 2014, cuando el país volvió a los mercados internacionales.
Este tipo de operaciones consiste en la emisión de papeles que son adquiridos por inversionistas. A cambio, el Estado se compromete a pagar intereses semestrales y el capital al final del vencimiento pactado con los compradores. Los papeles emitidos desde el 2014 tendrán que comenzar a cancelarse desde el 2020 hasta el 2030.
Gonzalo Cucalón, vocero de la Casa de Valores Banrío, explica que estos desembolsos son una importante presión para la caja fiscal, en medio del período de ajuste del gasto y la desaceleración económica que atraviesa el país.
Los montos por vencimientos más altos a pagar se registran desde el 2022, un año después de que termine el período del presidente Lenín Moreno.
Pero los años más complejos serán el 2024 y el 2026 porque, además de bonos, el Fisco deberá cumplir con otras millonarias obligaciones.
El 2024 se cumplirá el pago de USD 1 833 millones a la banca pública por la deuda interna emitida en el correísmo. Y en el 2026, también se deberá cancelar el 90% de los USD 2 891 millones en bonos que el Banco Central compró al Gobierno anterior.
El Ministerio de Finanzas ya comenzó a tomar medidas para afrontar las presiones de los pagos. El pasado 10 de junio, emitió USD 1 125 millones en bonos para, con ese dinero, recomprar una parte de otros papeles, por USD 1 500 millones, cuyo vencimiento estaba previsto en el 2020.
Según el Ministerio, esta operación de recompra de bonos permitió reducir la deuda pública en USD 50 millones. Ese dinero, según Finanzas, se destinará al gasto social.
Luis Fierro, exrepresentante del Ecuador ante el Fondo Monterio Internacional (FMI), dice que esta recompra es un alivio fiscal momentáneo, pero implica USD 1 060 millones adicionales en deuda por los intereses.
“Esto constituirá un alivio a la caja fiscal, pero a costa de patear el tarro hacia adelante, para que el gobierno que esté en funciones en 2029 encare dicho pago”.
Francisco Briones, director de investigación de la Cámara de Comercio de Guayaquil, considera que una mejor alternativa era pagar a los inversionistas en el plazo previsto, en lugar de recomprar los bonos antes de su vencimiento. “Así se podía enviar un mensaje de seguridad a los mercados, de que el país cumple con sus compromisos”.
Una de las razones por las que el Gobierno decidió emitir bonos este mes para recomprar, añade Briones, es porque “posiblemente no tenía la seguridad de que la tasa de interés en los mercados sería más baja que la que pagó este mes”, que fue de 9,08%.
La tasa de interés que los emisores pagan por los bonos a los inversionistas depende de varios factores. Uno de ellos es el riesgo país, un indicador que mide las probabilidades de que un Estado caiga en mora.
El 10 de junio del 2019, el riesgo país estuvo en 574 puntos, pero podría variar. Si bien el riesgo país es el resultado de variables impredecibles como el precio del petróleo, del cual dependen los ingresos de Ecuador, también puede variar por la percepción de los mercados internacionales, en cuanto al manejo económico de un país.
Con el acuerdo con el FMI y el cumplimiento de las primeras metas pactadas, los mercados reaccionaron positivamente a la emisión de bonos del país, según Cucalón. Desde que se firmó el acuerdo, el riesgo país ha mantenido una tendencia a la baja.
“Habrá que esperar al 2020 y ver cómo sigue el país con el cumplimiento de las metas con el FMI. De eso dependerán las futuras decisiones que tome el Gobierno, si recompra bonos o si emite nueva deuda para cumplir con los vencimientos”, acota.
Otro factor que pesa en la tasa de la deuda que ha adquirido el Ecuador es su historial de no pago, como el ocurrido en el 2008, una mala reputación que aún le pasa factura al país.
Esto se refleja en que el país solo ha podido acceder a financiamiento con tasas de entre el 7,9% y 10,7%, y con plazos no mayores a 10 años.
Ecuador ha emitido bonos en 12 ocasiones desde el 2014. Las emisiones suman intereses por unos USD 14 000 millones; lo que equivale a 26 veces el presupuesto de este año para el programa de vivienda social Casa para Todos.
Para Fausto Ortiz, exministro de Finanzas, ese monto es el resultado de no haber puesto en orden las cuentas fiscales y de la imagen que dio el país al no cumplir con sus obligaciones antes en la época en que los precios del petróleo estaban en niveles récord.
“Al sumar los montos de intereses se obtiene una cifra que suena alta, en algunos casos los intereses son cercanos al monto del capital. El problema es no haber hecho el ajuste fiscal antes y que así el interés que nos cobran baje”, dice.
En contexto
En el 2008, el expresidente Rafael Correa anunció que el país no iba a pagar los intereses de los bonos Global 2012 y 2015, que sumaban USD 3 200 millones; Ecuador dejó de emitir papeles. Así, el país entró en default, pero en el 2014, retornó a los mercados.