Crédito bancario creció el primer semestre de 2019, pero a menor ritmo

El crecimiento del crédito otorgado por la banca privada está perdiendo fuerza. Entre enero y junio del 2018 el crédito creció un 15,7%, pero en el mismo período del 2019 el incremento fue de 8,2%, según la Asociación de Bancos Privados (Asobanca).

Casi la mitad de la cartera de la banca privada corresponde al segmento comercial y productivo; es decir, está dirigido a los negocios. De ahí que uno de los factores que explica la desaceleración del crédito es que la economía del país está estancada, dice Hanns Soledispa, director de Exponential Research.

“Las empresas no están invirtiendo en expansión de sus plantas y de su producción, no se endeudan porque son más cautas porque la economía no crece”.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que la economía del país decrecerá -0,5% y el Banco Central proyecta apenas 0,2%. El crédito que perdió más dinamismo fue el comercial y productivo. Este segmento creció un 4% en junio, frente al 17,5% de crecimiento registrado en junio del 2018.

Julio José Prado, presidente de la Asobanca, menciona que otro factor que ha incidido en la desaceleración es un menor dinamismo de los depósitos, como resultado del ajuste en gasto público emprendido por el Gobierno, que ha derivado en una menor liquidez.

Los nuevos créditos se han financiado, en parte, con la venta de los activos de la banca en el extranjero y financiamiento externo.

Esta información consta en el reporte de revisión de metas hasta marzo del programa con el FMI. La desaceleración de los depósitos “justifica una vigilancia continua”, señaló el Fondo. En años anteriores, los créditos crecían sobre el 10%.

Para volver a tener ese ritmo, Santiago García, docente de la Universidad Central, cree que hay que impulsar más los préstamos productivos.

Hasta junio, los desembolsos para consumo registraron la tasa más alta de todos los segmentos; esto es el 14%. Sin embargo, si se compara con junio del año pasado se nota una desaceleración de seis puntos porcentuales, producto de la incertidumbre en los hogares por los ajustes económicos, señala Prado.

El microcrédito tuvo el mejor desempeño, aunque su participación es del 6% en el total de la cartera de la banca. Estos préstamos se entregan a personas naturales o jurídicas con ventas anuales de hasta USD 100 000; tienen una tasa de interés de entre 23,5% y 28,5%.

Según la Asobanca, entre junio del 2018 y junio del 2019 se entregaron USD 214 millones más a este segmento. Ángelo Caputi, presidente Ejecutivo de Banco Guayaquil, dice que en este semestre las operaciones de microcrédito llegaron a USD 100 millones, USD 40 millones más que en el mismo período del 2018.

Según Caputi, han mejorado el análisis de perfiles crediticios para reducir el riesgo en este tipo de crédito en el que la morosidad es de las más altas.

Para Christian Cisneros, presidente de la Cámara Nacional de la Pequeña y Mediana Empresa (Canape), esto se debe a que se han incrementado las operaciones para refinanciar otras deudas que ya mantenían las pequeñas y medianas empresas (pymes), por problemas de liquidez y menor consumo.

Añade que una de las principales trabas para este sector son los requisitos y que las tasas son las más altas del sistema. “Los bancos piden demasiadas garantías, más del 100% de garantías que muchas empresas de este tamaño no pueden cumplir”.

Roberto Baldeón, propietario de un negocio que produce conservas deshidratadas, buscó este año un crédito de este tipo, por USD 50 000. El dinero era para cambiar su planta y duplicar su producción. Pero los requisitos “eran una complicación muy grande, los intereses altísimos”. Por ello, prefirió hipotecar un bien y acceder de esta forma a un préstamo productivo, que tiene una tasa menor.

DIARIO EL COMERCIO