La posibilidad de conseguir precios más competitivos en el diésel, el ahorro de recursos públicos y el freno a mercados irregulares del combustible, son las principales ventajas que ven analistas y posibles importadores a la medida de liberalización de la importación de diésel en el país, anunciada por el Gobierno hace pocos días.
Aún no se conocen los detalles, que deberán ser aclarados por el Gobierno a través de un Decreto Ejecutivo, pero desde ya varios analistas ven positiva la medida de permitir la inclusión de jugadores privados en dicha importación.
Andrés Robalino, presidente de la Cámara de Industrias de Cuenca, explicó que ahora la importación, venta y comercialización ha estado en manos del sector público.
Pero frente a una situación económica difícil se dará paso a la participación privada. Consideró que gremios productivos podrían organizarse para requerir volúmenes importantes de diésel y negociarlos.
Sin embargo, aún esperan las reglas de juego, conocer si habrá cupos, requerimiento de licencias, entre otros.
Por su parte, Xavier Abad, gerente de Consuting Emix S.A., empresa asesora en temas de energía, explicó que desde el 2015 ya no existe subsidio para diésel industrial, excepto para sectores específicos como el camaronero y pesquero.
En este sentido, la industria en general no sentiría el incremento del precio. Sin embargo, tiene un efecto de mejor uso de los recursos del Estado.
Reconoció que actualmente no existe una estructura privada para ello, pero podría construirse con inversión privada. Explicó que con reglas del juego claras, él conoce de empresas que estarían dispuestas a ingresar en esta nueva opción de negocio.
Xavier Díaz, presidente de la Asociación de Industrias Textiles del Ecuador (AITE), considera que la importación por parte de privados no sería factible, al menos desde la industria textil.
En este sentido, más bien pide que Petroecuador revise las condiciones en las cuales ahora se les está dotando de dicho combustible.
Explicó que la estatal petrolera les vende con precios por encima de los internacionales, lo cual afecta sus costos.
Fernando Santos, exministro, consideró que es positivo que el sector público se aleje del monopolio de los hidrocarburos. Esto sincera el mercado y baja las opciones para la corrupción. En el caso del diésel, afirma, se ha conocido que ciertos sectores venden en altamar el combustible subsidiado.
Desde el 2007, en Ecuador se ha pagado $ 12.379 millones en subsidios de diésel. El Gobierno ha indicado que el subsidio de diésel para transporte no se topará con el fin de evitar problemas inflacionarios.