Bonos azules se hicieron para donar plata a Ecuador, dice Canciller

“Es una operación privada”, así explica el Canciller Gustavo Manrique la operación de emisión de bonos azules para realizar un canje de deuda para la conservación de las Islas Galápagos.

El Canciller niega que el Gobierno haya privatizado las Islas y que el resultado fue más bien haber reducido el peso de la deuda externa y, además, haber conseguido “donaciones de dinero” para la conservación de la reserva marina de esa provincia.

¿Cómo surgió la idea de esta operación de bonos azules y canje de deuda?

Galápagos es consecuencia de erupciones volcánicas y lo que vemos es la flora y fauna de las Islas. Pero también hay una riqueza submarina, a la que no se le ha dado tanta importancia. Ahí viven especies no objetivas de pesca, como el tiburón, la tortuga o la mantarraya, que son migratorias.

Por otro lado, Ecuador tiene la flota pesquera más grande del Pacífico Tropical que puede, sin querer, hacer pesca accidental, lo que pone en riesgo a las especies migratorias.

Y hay que recordar el barco chino que fue detenido en Ecuador hace cinco años mientras realizaba pesca ilegal, y que tenía 6.000 tiburones, con las aletas cortadas. Por lo tanto, está claro que son especies que tenemos que proteger.

Frente a esa problemática, ya hace cinco años se formó un movimiento cívico, que luego tomó el nombre de Más Galápagos, donde está el sector turístico, guías, ONG. Y plantean la necesidad de ampliar la reserva marina, pero nunca hubo un consenso.

En mayo de 2021, el presidente Lasso asume el poder y entiende que por cada dólar que se invierte en conservación se producen USD 30 en bienestar para los ciudadanos.

Entonces, empezó un proceso de diálogo con distintos actores y en menos de cinco meses logramos un consenso. Y el 1 de noviembre de 2021 se anunció la creación de la Reserva Marina Hermandad.

El presidente Lasso, entonces, dispuso buscar los recursos para conservar la nueva reserva marina de Galápagos.

¿Qué alternativas miraron?

Había negociaciones iniciadas con la Corporación Financiera de Desarrollo de Estados Unidos (DFC) y empezó la articulación para crear este mecanismo innovador.

Instituciones de filantropía para la protección de océanos, como Pew Bertarelli Ocean Legacy, empiezan a proponerle al Gobierno de Ecuador una estructura financiera única en el mundo.

¿En qué consiste esa estructura financiera?

Esta es una operación privada de estos y otros actores que deciden hacerla para regalarle plata a Ecuador. No es una deuda de Ecuador con un Gobierno, sino con instituciones o personas privadas. Todo eso a partir de la decisión de Ecuador de proteger la reserva marina de Galápagos.

Es una forma para proteger al planeta y que los países ganen recursos.

Entonces, en marzo de 2023, se conforma la empresa GPS Blue Financing Designated Activity Company (GPS Blue) en Irlanda, que es la que emite los bonos azules.

¿Cuál fue el rol de GPS Blue Financing y por qué se creó en Irlanda?

Fue usual que el GPS se cree en Irlanda porque al ser un país europeo hace ver que es una operación robusta, da seguridad a los inversionistas y transparencia.

El GPS es un vehículo común en estas transacciones internacionales y es la que emite los bonos azules por USD 656 millones.

Con el dinero de emisión de esos bonos, GPS ofrece a los tenedores de bonos antiguos de Ecuador comprar sus papeles por un valor equivalente a USD 1.629 millones con descuento.

GPS pasa a ser el tenedor de los USD 1.629 millones en bonos antiguos y le dice a Ecuador que puede extinguir esa deuda. Y ahora hay una nueva deuda, más pequeña, de USD 656 millones.

Es decir, Ecuador se ahorró poco más de USD 1.000 millones con esa operación privada.

Además, la nueva deuda contempla una ampliación de los plazos de pago: antes, los bonos vencían en 2030, pero la nueva deuda vence en 18,5 años.

La tasa de interés que pagará Ecuador fue conveniente porque, en medio del juicio político que enfrentaba el Presidente, Ecuador habría tenido que pagar una tasa de más de 18% si hacía una emisión para recomprar deuda, pero gracias a la garantía de Estados Unidos fue de 6,98%.

¿Quién es el acreedor de la nueva deuda?

El GPS tuvo como única función la emisión de los bonos. ¿Quién los compra? Las organizaciones filantrópicas que financian la protección de los océanos. Por lo tanto, la emisión es privada, con garantía del Gobierno de Estados Unidos.

¿Y de dónde sale el dinero para financiar la conservación de Galápagos?

Con la operación, ahora Ecuador ya no tiene que pagar USD 1.629 millones en deuda, sino solo USD 656 millones de los bonos azules.

Los acreedores le dicen a Ecuador que cuando el país pague ese servicio de la deuda van a donar USD 323 millones para la conservación de Galápagos. La figura es una donación.

Y lo harán a razón de USD 13 millones anuales por 18,5 años para financiar prioridades de conservación en las Islas.

Y otros USD 5 millones anuales durante 18,5 años para un fideicomiso que genere intereses para financiar proyectos, una vez que se terminen las transferencias anuales de USD 13 millones que antes mencioné.

Es un mecanismo de financiamiento a perpetuidad para las Islas Galápagos. La única condición para donar el dinero a Ecuador fue que se cree un fideicomiso de 11 personas, de los cuales ocho son ecuatorianos y tres extranjeros para ponernos de acuerdo en cómo utilizar los recursos.

¿Por qué pidieron formar el fideicomiso en lugar de darle el dinero directamente al Estado?

Es plata donada de ellos y, por eso, crean ese cuerpo jurídico Galápagos Life Fund para tener la garantía de que el dinero se va a destinar a la conservación. Por eso, tienen tres votos en el fideicomiso, pero la mayoría de miembros del fideicomiso son ecuatorianos.

Los acreedores constituyen el Galápagos Life Fund en Delaware porque están en su derecho, es dinero de ellos que nos van a donar.

Ahora, están en proceso de crear una subsidiaria en Ecuador, por temas de operatividad.

¿Por qué se habla de una tasa de interés real de 11% considerando costos por servicios financieros y de riesgos por la operación?

Es una declaración perversa. El DFC de Estados Unidos respaldó la operación, pero exigía a Ecuador que adelante el pago de dos años de lo que correspondería a los USD 656 millones, como una garantía en caso de una eventual cesación de pagos de Ecuador.

Eran USD 85 millones para Ecuador. Pero el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) apoyó a Ecuador y dio una garantía de USD 85 millones.

Los detractores de la operación suman los costos de un eventual escenario de cesación de pagos y dicen que la tasa es 11%.

Pero Ecuador habría ahorrado los costos por servicios financieros si hacía el canje a través de un vehículo propio, ¿por qué no se hizo?

Hay costos financieros de la operación, pero son comprobables, razonables y cuentan con tasas competitivas, cuyos detalles los puede dar el Ministerio de Finanzas.

Pero el caso es que Ecuador debía USD 1.629 millones y ahora debe USD 656 millones, nos ahorramos unos USD 1.000 millones. Además, nos van a donar dinero equivalente a USD 323 millones. En total, el beneficio es de USD 1.500 millones.

Ecuador no hizo directamente la operación, porque era una operación privada. Quienes tenían los USD 1.629 millones en bonos eran privados y quienes tenían los USD 629 millones en efectivo para comprarles esos papeles también eran privados. Luego le dijeron a Ecuador que le habían ahorrado millones de dólares en pago de la deuda.

¿Se puede replicar este mecanismo a otras áreas, como la Amazonía?

Sí, ahora estamos trabajando en un corredor de conservación en la Amazonía, pero no para conseguir financiamiento de conservación, sino para proyectos de educación, salud, saneamiento.

Lo mismo para las ocho millas náuticas de protección en Ecuador, para financiar proyectos de desarrollo de pesca artesanal.

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