Con cinco días de largos apagones ya se cuentan pérdidas para negocios y menor crecimiento económico

Banco Central anticipó que “potenciales apagones en último cuatrimestre de 2024″ podrían afectar a la producción, tanto en industrias como consumo de hogares.

En menos de dos días, el Gobierno pasó de anunciar un apagón a escala nacional para el miércoles 18 de septiembre, en razón de un “mantenimiento preventivo” de instalaciones eléctricas, a tomar la decisión de programar cortes de luz desde el lunes 23 al jueves 26 de septiembre, con una duración de ocho horas consecutivas cada día, debido al grave estiaje que afecta al país y la falta de más incorporación de generación de energía. Los racionamientos serán desde las 22:00 hasta las 06:00 del día siguiente.

El sector empresarial recibió el último anuncio con sorpresa y preocupación, por las pérdidas económicas que habrá, así como por las posibles repercusiones en materia de seguridad. Juan Xavier Sánchez, presidente alterno de la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG), reitera que el sector privado colaborará para minimizar el impacto de la crisis energética.

Recuerda que, según estimaciones de la Cámara, cada hora de falta de energía en Ecuador puede representar una pérdida de alrededor de $ 12 millones.

“Para el sector comercial y para el sector industrial es trascendente que haya mucha transparencia en cuanto a la información, en poder conocer qué debemos esperar de la real situación, que nos permita planificar las actividades, tratando de minimizar los impactos al máximo posible. Que las jornadas de trabajo estén adecuadamente programadas y que las personas puedan asistir a trabajar y regresar a sus hogares de manera segura”, dice Sánchez.

Y ante el toque de queda decretado para el miércoles 18 de septiembre, en seis provincias y un cantón de Azuay, el dirigente empresarial comenta que la medida podría funcionar adecuadamente, pero no deja de causar inquietud porque los sistemas de seguridad de algunas empresas y hogares dejarían de funcionar mientras dure el corte de energía.

La restricción de movilidad fue dispuesta por el presidente Daniel Noboa, a través del Decreto Ejecutivo 392. Aplicará desde las 22:00 del miércoles hasta las 06:00 del jueves y regirá en las provincias de Guayas, Manabí, Los Ríos, Orellana, Santa Elena y El Oro, también en el cantón Camilo Ponce Enríquez, de la provincia de Azuay.

De momento, el mandatario no ha ordenado la misma medida para los apagones planificados para cuatro días de la próxima semana.

Adicionalmente, el Gobierno dispuso que los funcionarios del sector público laboren en modalidad de teletrabajo los días: jueves 19, viernes 20, jueves 26 y viernes 27 de septiembre.

Desde el gremio de bares y restaurantes, Diego Vivero, director de la Confederación de Restaurantes del Ecuador, concuerda con que los racionamientos de energía son un “sacrificio” que se deben adoptar por la crisis eléctrica. Sin embargo, comenta que no tiene mucho sentido la disposición de teletrabajo de los servidores públicos, porque la energía que no consumirán en sus oficinas sí la consumirán en sus hogares, lo cual no generará un ahorro.

Además, dice Vivero, que los oficinistas del sector público trabajen desde sus casas afectará a los restaurantes que les proveían de alimentos cerca de sus lugares de trabajo.

Añade que el toque de queda en los lugares determinados imposibilitará la apertura de los establecimientos de comida que disponen de generadores de energía.

Vivero señala que varios propietarios han desembolsado importantes sumas de dinero para adquirir generadores propios y abastecerse del diésel necesario para el funcionamiento de los equipos, y ahora ese gasto no podrá ser recuperado porque no todos los locales podrán abrir, afectando también al turismo.

En los sitios donde no habrá toque de queda, el gremio sugiere que los restaurantes que posean generadores propios se mantengan abiertos algunas horas, una vez que inicien los cortes de luz, porque podría ser una opción para personas que requieran servicio de internet, comida o simplemente distraerse.

Las repercusiones en el turismo serán fuertes y ya se registran cancelaciones de reservas, cuenta Holbach Muñetón, presidente de la Federación de Cámaras de Turismo.

Preocupa la operatividad de los servicios hoteleros, por ejemplo, porque no todos los hoteles disponen de generadores. Por otro lado, entre aquellos que sí cuentan con esos equipos, una buena parte tiene generadores que pueden permanecer encendidos hasta cuatro horas; es decir, estarán prendidos solo la mitad del tiempo que durarán los apagones.

Tal como van las cosas, es probable que no se recuperen las inversiones hechas para comprar generadores, diésel y dar mantenimiento a los equipos, si el nivel de ocupación de habitaciones es bajo, lamenta Muñetón y pide a las autoridades claridad y planificación en las medidas que se tomen.

“No queremos que pase lo mismo que con la pandemia del COVID-19, que nos dijeron que no duraría mucho tiempo”, expresa el dirigente.

Banco Central ya anticipaba que habría racionamientos

Aunque algunas autoridades del Gobierno se resistían a admitir que en el segundo semestre del año habría cortes de luz, el Banco Central del Ecuador (BCE) anticipó que el crecimiento económico del país se vería afectado por “potenciales apagones” los últimos cuatro meses de este año.

Así lo recoge en el informe publicado el viernes 13 de septiembre, dos días antes del anuncio gubernamental del primer apagón masivo. En el reporte el BCE revisó a la baja su previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), indicando que la economía ecuatoriana crecería el 0,9 % en 2024; la proyección inicial difundida en abril fue que crecería el 1%.

Respecto de la situación energética, el BCE encuadra como un “factor a la baja” que “la crisis en el sector eléctrico, con potenciales apagones en el último cuatrimestre de 2024, podría afectar negativamente a la producción, tanto en el sector industrial como en el consumo general de los hogares, reduciendo la actividad económica”.

El Central también midió la percepción de 1.140 grandes empresas sobre los efectos de la emergencia en el sector eléctrico entre enero y abril de este año. A través de la Encuesta Mensual de Opinión Empresarial (EMOE) se concluyó que el 53,7 % de las empresas encuestadas se vieron afectadas por los cortes de luz; de es grupo, el 39,2 % están en la rama de manufactura, el 31,4 % en industrias y el 25 % en comercio y servicios.

Según la encuesta, ante la emergencia el 37,2 % de empresas compraron generadores eléctricos y el 20,6 % modificaron el horario de la jornada laboral.

Mateo Villalba, exgerente del BCE, comenta que la previsión de crecimiento al 0,9 % sigue siendo “muy optimista” dadas las condiciones que atraviesa el país. Lo más probable, dice, es que se cumpla la proyección del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Ecuador cierre el año con un escaso crecimiento del 0,1 % del PIB.

A su criterio, la crisis el país responde a que los últimos gobiernos han tomado “medidas cíclicas”, que empeoran la situación porque reducen la capacidad de consumo de los hogares, como lo es el incremento del impuesto al valor agregado del 12 al 15 % y el incremento de precios de combustibles, sin que en contra parte exista mayor inversión pública, que apalanque a la inversión privada y empuje la generación de más empleo adecuado.

Añade que la crisis energética es resultado de esa falta de inversión y mantenimiento oportuno en el sector energético por parte del Estado en los últimos años, y se agrava por el severo estiaje.

De seguir este camino, con medidas cíclicas y sin una política económica clara, se ve muy lejano llegar al escenario ideal en el que Ecuador crezca a un ritmo del 4 % anual, concluye Villalba. (I)

DIARIO EL UNIVERSO