Con exportaciones que llegaron a $ 629 millones en el 2021, la industria de la madera en Ecuador gana un lugar importante entre los sectores que generan ingresos al país. Pero además se convierte en un jugador “de grandes ligas” a nivel mundial.
La venta de tableros aglomerados, así como los muebles de diversas gamas son los productos estrella que van ganando espacio en más de una veintena de países a nivel mundial.
Christian Riofrío, director ejecutivo de la Asociación Ecuatoriana de Industriales de la Madera (AIMA), indica que de acuerdo con los datos obtenidos del Banco Central del Ecuador, Aduana y de Pro Ecuador, las exportaciones de madera en 2021 alcanzaron $ 629 millones. AIMA explica que uno de los factores que han influido en este buen resultado es que el consumo de madera se ha incrementado de manera exponencial en diversas partes del mundo, en especial en China, en toda Asia y en América.
Los tableros fueron el principal producto de exportación de la industria forestal en 2021. Solo este producto alcanzó $ 275 millones, lo cual implicó el 42 % de crecimiento frente a 2020, según estadísticas. Los tableros aglomerados fueron el segmento de mayor crecimiento con el 53 %, seguido por tableros de fibras con un ascenso del 27 % y el de tableros contrachapados que superaron el 19 % de crecimiento.
A su vez, los tableros de partículas marcaron un nuevo hito en exportaciones, acercándose a $ 200 millones.
Empresas como Aglomerados Cotopaxi han apostado por la diversificación y son parte importante del crecimiento sostenido de este sector. “Ecuador ha sido un productor de primer nivel de tableros de aglomerados desde hace 50 años ya que cuenta con una industria madura y con la tecnología necesaria para armar materiales de calidad con enfoque sostenible. El tablero nacional es reconocido en la región por su calidad; el país es el exportador más grande de Sudamérica de aglomerados”, afirma Bernardo Pérez, gerente general de la empresa. Esta exporta sus tableros a Estados Unidos, Bolivia, Perú, Guatemala, Panamá, Honduras, Colombia, El Salvador, México y Canadá, lo cual reflejó un volumen de ventas que ascendió a más de $ 54 millones durante el año pasado.
Entre tanto, las exportaciones de muebles crecieron en 2021 el 42 % respecto del 2020. En Carapungo, en el norte de Quito, se levanta la fábrica de 8.000 m² de los renombrados muebles de diseño de Adriana Hoyos, parte del grupo AH Corp. Santiago Yánez, director corporativo, explica que su propuesta de muebles de diseñador, exclusivos, de excelente calidad, con mano de obra ecuatoriana, ha ganado adeptos en varios países del mundo y ahora se puede ver esta marca ecuatoriana jugando “en las grandes ligas”, en un mercado nunca antes imaginado: el de muebles de lujo.
Así en 2021 estos muebles ecuatorianos llegaron a Dubái, Arabia Saudita, Catar. Y se ha abierto paso en México, Panamá, República Dominicana, Guatemala, Puerto Rico, Honduras, Perú y Chile. Adicionalmente, Adriana Hoyos tiene una representación en España y otra en Alemania, que atiende Alemania, Francia e Inglaterra.
Yánez cuenta que en 2020, que fue un buen año, se exportaron 88 contenedores de 40 pies, mientras que en el 2021 fueron 195 de 40 pies, es decir, más del doble. Este año se espera registrar 240 contenedores de 40 pies. El ejecutivo explica que la clave del éxito es el trabajo que realizan desde hace más de 20 años cuando decidieron abrir una operación en la Florida. “La visión de nuestros fundadores fue mirar a los grandes mercados, pero no con la idea de vender comodities, sino productos elaborados, con alto valor agregado”. Ahora, dice, la marca se ha posicionado bien en Estados Unidos, en Centroamérica, Medio Oriente y en Sudamérica.
Si bien la cifra de $ 629 millones de exportaciones en el sector madera es importante y sobrepasa las ventas del 2019 que fueron de $ 514 millones, representa una baja con respecto al 2020, cuando se llegó a la cifra récord de $ 855 millones.
¿Qué hizo que el 2020 de pandemia fuese un año muy favorable para el sector? Riofrío explica que este fue apalancado por la exportación de maderas de balsa, un producto muy apreciado sobre todo en China y también en Europa y Norteamérica para la construcción de molinos de viento, para producir energía eólica. “El bajo peso de la madera y su resistencia son condiciones físico-mecánicas que la hacen única en el mundo”, dice.
Tan importante fue esa exportación que representó en 2020 $ 570 millones. Para el representante gremial la “caída” registrada en 2021 era previsible, porque el 2020 fue atípico, pero los resultados del 2021 mantienen la senda del crecimiento que se venía llevando desde años atrás. Recuerda, por ejemplo, que en 2021 apenas llegaban a $ 300 millones de exportaciones y en diez años se han duplicado.
Sobre este punto, Pérez y Yánez coinciden en que estos tiempos de pandemia han sido también de repunte para la industria, pues las personas –con el confinamiento– buscaron hacer mejoras en sus hogares para volverlos más acogedores. “La pandemia fue un momento decisivo en la industria forestal porque muchos consumidores optaron por hacer adecuaciones y remodelaciones en sus domicilios u oficinas, en los cuales los tableros y derivados de la madera fueron clave para lograrlo”, dice Pérez. Agrega en este contexto que se puede evidenciar que las personas decidieron adquirir productos socialmente responsables y que tengan certificaciones de origen.
En todo caso, Riofrío comenta que el mercado local sí se contrajo de manera importante en 2020, por pandemia, pero se vio compensado con la exportación.
Datos clave
• En Ecuador se cultivan diversas especies forestales, como teca, balsa, eucalipto, pino, entre otros, productos clave para la elaboración de insumos derivados con su respectivo valor agregado. De estas variedades, el pino y el eucalipto son árboles que tienen un amplio campo de acción al transformarse en tableros de aglomerados, MDF, molduras y madera sólida para diversos usos.
• El sector forestal genera alrededor de 300.000 plazas de trabajo directas e indirectas, de acuerdo con la Asociación Ecuatoriana de Industriales de la Madera. Las fábricas y sus plantaciones están por lo general en zonas rurales, de modo que se emplea en la mayoría de los casos a personal de sectores aledaños.