La semana pasada, el precio de la gasolina súper se incrementó y en algunas estaciones de servicio ha llegado a costar hasta $ 4,16, un precio muy superior a la extra-ecopaís, que actualmente tiene un techo y no rebasa los $ 2,55, razón por la que cada vez se ve más disminuido el porcentaje de usuarios que prefieren la segunda a la primera, para cuidar el bolsillo.
Sin embargo, la diferencia de octanaje, que en el caso de la súper es de 92 y en la extra-ecopaís de 85, es un tema que remarcan las comercializadoras y los usuarios por el cuidado del vehículo y del ambiente.
Según Xavier Granda, gerente de Combustibles de Terpel, que tiene gasolineras en diferentes modalidades (propias, empresas subsidiarias y, la mayor parte, por afiliados), actualmente tienen estrategias comerciales para tratar de mantener usuarios de súper, porque piensan que es la que más se debería usar y que la cantidad de gente que la usa debería ir aumentando; no disminuyendo, como pasa en Ecuador.
“Nuestra estrategia se basa en tres pilares. El primero es el servicio: que cuando vaya a una estación sea atendido con el estándar adecuado, con calidez y cortesía. Segundo, una infraestructura adecuada, con iluminación, instalaciones limpias, modernas, con equipos que le den la confianza (al usuario) de que maneja un producto en buenas condiciones, al precio adecuado o justo para cada micromercado”, dice Granda, quien agrega que el tercero es que ellos añaden un aditivo de alta calidad a la súper, y este reduce las emisiones, fricciones y alarga la vida útil del motor.
Añade que también usan campañas comerciales para mantener y atraer clientes, como son los sorteos (cada quince días) de viajes de parejas (doce en total) al Mundial de Catar 2022 por usar sus servicios.
En cuanto a precios, no hay mucho para competir; pero cree que, por los precios internacionales, en abril no subirían o incluso tendrían un ajuste hacia abajo.
Renato Hidalgo es parte de un negocio familiar que cuenta con dos gasolineras de la marca PDV en la vía a Daule. Señala que, más allá de lo que piensa la gente respecto a que, cuando el precio de los combustibles aumenta, también lo hacen las ganancias de las estaciones, esto varía mucho dependiendo de la inversión
En el caso de su negocio, la decisión familiar fue dejar el precio de la súper en $ 3,85, esto es, 33 centavos más de lo que costaba antes del 12 de marzo, argumentando que el precio base subió alrededor de esa cantidad y no querían afectar su flujo de usuarios.
Hidalgo recuerda que cada gasolinera puede tener diferentes precios, así sean de la misma marca. En su caso, su mamá le dijo que en estos momentos la gente está muy gastada y que, como subía alrededor de 30 centavos, que ese sea el incremento que ellos apliquen.
“Este negocio, más que por utilidad, es por volumen; y cuando suben los precios, significa que nosotros tenemos que invertir más en temas como capital de trabajo”, comenta Hidalgo, quien cuenta que cada vez que se viene un cambio sus amigos le escriben para saber cuánto va a subir o bajar el precio.
Además cuenta que, como parte del proceso para hacer más rentable el negocio, han instalado una planta de energía solar de Rising Sun, que es su empresa, la cual ayuda a cubrir parte de la energía que necesita el lugar para el funcionamiento. También que está en conversaciones con otras cinco gasolineras de la competencia que buscan hacer lo mismo.
“Nuestros clientes siempre se van agradecidos, porque dicen: ‘Aquí me dura más, el carro no se me daña, me atienden bien, rápido’. Les damos un café gratis, hay wifi de alta velocidad, si quieren entrar a hacer trabajo remoto”, apunta Hidalgo como una estrategia para mantener contentos a sus clientes; y que también en el caso del diésel tienen una gran clientela, por su sistema de microfiltrado para mejorar la calidad. Es su “caballito de batalla” comercial.
Carlos Salazar, presidente de la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados de Petróleo del Ecuador, comenta que ya desde hace algunos años las comercializadoras de combustibles, como Primax y otras marcas, vienen haciendo promociones para incentivar el consumo de la gasolina súper, por ejemplo, con aditivos para mejorar el rendimiento del sistema de combustión.
Tanto Granda como Salazar resaltan que es importante saber que en el manual de cada vehículo viene especificado qué octanaje, al menos mínimo, debe usarse en ese motor; e incluso a veces ni siquiera la súper llegaría a cubrir esa necesidad, puesto que hay carros nuevos que indican o recomiendan desde 94 o 95 octanos para un correcto funcionamiento.
Pero Granda reconoce que la economía actual es muy compleja como para dejar de un lado la diferencia de precio, y que es muy difícil hacer algo para evitar la migración de súper a extra-ecopaís, pese a las cuestiones técnicas que sí pueden hacer la diferencia en la eficiencia y durabilidad de un carro.
De acuerdo con el sector gasolinero de Guayas, actualmente alrededor del 4,5 % de los vehículos del país consume súper, en comparación con el 13 % que representaban en 2018, y se espera que el porcentaje baje dos décimas o medio punto más por la situación actual.
Según Granda, la ganancia de las comercializadoras es de entre 12 y 15 centavos por galón en el caso del diésel y la extra-eco. Mientras que compara el margen de la súper en porcentaje, siendo entre un 15 y 16 % la ganancia.
En el caso de los usuarios, una conductora que estaba tanqueando en una estación de Petróleos & Servicios de la av. Quito indicó que cambió de súper a extra su SUV y no ha visto diferencia hasta el momento, y que siempre va a esa estación porque la atienden bien y siempre tienen un buen precio ($ 2,55 la extra y $ 3,66 la súper).
Mientras que Fabián, otro conductor, indica que él siempre ha usado súper, pero ahora que está por comprar otro vehículo ha buscado una opción que sea más apta para ponerle extra, por motivos económicos.