El sector productivo local ha empezado a sentir las repercusiones que, desde hace más de una semana, viene dejando el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. No solo es el sector bananero, también los floricultores y camaroneros comienzan a hacer cuentas de las pérdidas que estaría ocasionando el no poder llevar sus productos al mercado ruso, el cuarto destino de las exportaciones no petroleras ecuatorianas.
En la lista de afectados están los floricultores, que ahora mismo están a la espera de que la situación mejore y que, con ello, se levante la sanción económica que Estados Unidos, Canadá y Europa han impuesto a los principales bancos rusos. La desconexión de estos en la plataforma de pagos SWIFT está impidiendo ahora mismo que este sector pueda cobrar a Rusia $ 38 millones por las más de 6.500 toneladas de flores que vendió en ese mercado, en víspera de la celebración del Día Internacional de la Mujer.
Buscamos un rescate financiero… No vemos que haya una pronta salida.
Alejandro Martínez,
presidente de Expoflores
Esta falta de pago, señala Alejandro Martínez, presidente de la Asociación de Exportadores de Flores (Expoflores), podría extenderse entre los próximos seis o diez meses, lo que bosqueja un escenario complejo. Si la situación continúa como está, no solo que no habrá pagos de las deudas sino que tampoco, a mediano plazo, se prevén ventas en el mercado ruso, que tradicionalmente absorbe el 15 % de la oferta local. La situación los ha llevado a solicitar al Gobierno un “rescate financiero”. No se está pidiendo ninguna dádiva, aclara, sino la posibilidad de que a esta industria se le puedan facilitar créditos en mejores condiciones para enfrentar la iliquidez.
Las consecuencias no son las mismas para todos los sectores productivos. Los bananeros hasta el momento no sufren por falta de pago, pero sí por el anuncio de navieras como Maersk de suspender sus servicios de transporte hasta el mercado ruso. Hapag-Lloyd, en cambio, ha dicho seguirá yendo a ese destino, pero ha advertido nuevos problemas de congestión en los puertos de Europa del Norte.
Las empresas camaroneras, por su parte, han tenido que tomar precauciones que vienen afectando la dinámica comercial que se tenía con Rusia, que el año pasado adquirió $ 128 millones de camarón ecuatoriano (a Ucrania fueron $ 18 millones). “A algunas embarcaciones que estaban en tránsito decidieron regresarlas. Otras que ya estaban llegando a puertos de transbordo se han quedado haciendo escala hasta ver que existan las garantías para que la mercancía llegue segura al puerto de destino. Y finalmente también tenemos casos en que no se han tomado nuevos pedidos porque no solo está el riesgo de la logística, sino el riesgo del pago con los bancos”, detalla José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA), quien estima que esta situación ha impedido que el sector venda al menos $ 6 millones, en las últimas dos semanas.
Para José Xavier Orellana, exviceministro de Comercio Exterior, estas son apenas las consecuencias inmediatas. Para él, habrá otras que irán apareciendo a medida que este problema vaya escalando. Cita, por ejemplo, una destrucción de la demanda. Orellana explica que una mayor caída del rublo ruso ante el dólar hará, sin duda, que los compradores pierdan poder adquisitivo.
Otro efecto que podría verse en los próximos meses es la alta inflación que habría que enfrentar a la hora de adquirir ciertos productos. El barril de crudo llegó ayer a los $ 107, algo que él declara como una gran ventaja para el país, pues estima que esta situación podría aportar más del 1 % del PIB de ingresos al fisco.
Del otro lado está lo negativo. Tanto Rusia como Ucrania son grandes proveedores de insumos agrícolas. Reportes internacionales dan cuenta de que el costo de fertilizantes (como urea y amoniaco) ya ha empezado a registrar alzas de entre el 100 % y 180 %.
• UNA POSIBLE DEVOLUCIÓN DE TRIBUTOS
En los últimos años, la exportación ha estado expuesta a una serie de factores externos, con efectos de difícil evasión: primero la pandemia, luego el problema logístico y ahora el conflicto de estas dos naciones, aún sin fecha de término. Un cúmulo de eventos que ha venido deteriorando el nivel de competitividad. Según pudo conocer este Diario, el Ministerio de Industrias analiza una reactivación de la devolución de impuestos para el sector, como una medida de alivio ante los altos costos productivos.