Gerry Rice, vocero principal del Fondo Monetario Internacional, declaró hace pocas horas que “las autoridades ecuatorianas y el FMI acordaron profundizar el diálogo con el objetivo de trabajar hacia un posible acuerdo financiero respaldado por el FMI como socio estratégico”. Según el vocero del organismo multilateral, “este posible acuerdo buscará proteger a los pobres y más vulnerables, impulsar la competitividad y la creación de empleo, mejorar la transparencia y la lucha contra la corrupción, así como fortalecer las bases institucionales de la dolarización”.
También informó que un equipo del FMI se encuentra al momento en Quito para continuar los diálogos e “identificar cómo el FMI puede apoyar de la mejor manera el plan de política del Gobierno”.
La delegación, integrada por media docena de técnicos y liderada por la economista Anna Ivanova, quien dirigió la última misión de revisión periódica al país concluida en julio, inició el lunes las reuniones de trabajo en la capital ecuatoriana, indicaron fuentes del Fondo.
La directora general del FMI, Christine Lagarde, destacó su apoyo a los “esfuerzos de reforma” del presidente de la República Lenín Moreno y a su “fuerte enfoque” en la protección de los más pobres, tras reunirse el 23 de enero con el mandatario al margen del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza.
El Gobierno a través de un comunicado de la Secom también informó que en un marco de colaboración internacional, representantes y técnicos del FMI y de los demás organismos internacionales (BID, BM y CAF) se encuentran manteniendo reuniones de trabajo con las principales autoridades del país con la intención de profundizar el diálogo para alcanzar un apoyo financiero integral.
Desde el año pasado, Ecuador ha mantenido un déficit fiscal estimado en unos 10.000 millones de dólares, lo que ha provocado atrasos en el pago de los salarios de empleados públicos y en la cancelación de las cuentas de proveedores del Estado. Para hacer frente a la situación, el gobierno emitió en enero bonos por 1.000 millones de dólares a una tasa de 10.75 %.
La situación marca el final de un alejamiento de más de un década que empezó poco después de que asumiera el poder el exmandatario Rafael Correa (2007-2017), cuando el entonces presidente ordenó la expulsión del representante del FMI del país.
La economía ecuatoriana, que creció 7,9 % en 2011, se desplomó a -1,2 % en 2016 por la caída del precio del petróleo y las millonarias pérdidas que dejó el terremoto de abril de ese año.
En su informe de octubre, el FMI proyectó para Ecuador sendas caídas del PIB (Producto Interno Bruto) de 1,4 % para 2018 y de 1,5 % para este año.
Ecuador emitió a fines de enero bonos soberanos por 1.000 millones de dólares para cubrir un 12,5 % de su déficit presupuestario para 2019.
El gobierno de Moreno, que se inició en mayo del 2017, ha realizado varias emisiones de bonos por unos 7.500 millones de dólares.
Santiago García, profesor de Economía de la Universidad Central, opinó que los comunicados revelan que Ecuador va a entrar a negociar un plan de financiamiento con el Fondo. Explicó que los mercados e inversionistas no han reaccionado favorablemente al programa económico del Gobierno, pues el Riesgo País sigue alto y la inversión extranjera no llega.
Considera que el FMI pedirá reducción del déficit fiscal, apertura de trabas comerciales y liberalizar la contratación de los trabajadores.