Proveedores deben esperar hasta mayo del 2019 por los pagos

Ocho de cada diez contratos de la empresa Comsupplies fueron con entidades públicas el año pasado (2018).

Desde hace 10 años, esta firma de suministros de computación provee a entidades del Estado, como Contraloría o Corte Constitucional.

Pero desde septiembre del 2018, la empresa acumula facturas por USD 550 000, que no han sido pagadas por el Estado. Los retrasos ocurren pese a que en los contratos se especificó que el pago debía hacerse al entregar el producto.

Los representantes de Comsupplies y de otros contratistas protestaron ayer, por quinta vez, en las afueras de la Plataforma Financiera, en el norte de Quito, para reclamar los valores pendientes de pago desde agosto pasado.

Bélgica Guerrero, subsecretaria del Tesoro del Ministerio de Finanzas, recibió a varios proveedores. La funcionaria explicó que el Fisco no cuenta con el dinero necesario para pagarles, según relató Celio Jara, gerente de Comsupplies, quien participó en la reunión.

Entre los contratistas impagos están negocios que entregan insumos médicos, servicios tecnológicos y de mantenimiento a automotores.

El saldo pendiente con los proveedores, hasta diciembre pasado, fue de USD 800 millones. De esos, según Finanzas, se cancelaron USD 260 millones durante este mes.

En este monto se incluyeron todas las acreencias de valores menores a USD 10 000, que suman 73,8 millones.

Finanzas dijo, además, que privilegia pagos a proveedores de los sectores sociales como salud, educación y seguridad.

El rubro restante se cancelará mediante un cronograma de pagos que podría extenderse hasta mayo próximo, informó Guerrero a los representantes de las empresas.

Marco Leguizamo, presidente de la Cámara de Computación (Camcompu), explicó que no están de acuerdo con esto, pero “tenemos que aceptar este salvavidas que nos lanzan. No queda de otra”.

Según datos de este gremio, unas 1 200 empresas proveedoras de equipos de computación y servicios tecnológicos tienen facturas impagas de entidades públicas.

El gremio asegura que Finanzas se comprometió ayer a pagar, de manera inmediata, por lo menos una parte de la deuda a los proveedores, aunque no les precisaron fechas.

“En algunos casos será el 20 o el 25% de la deuda. Nos dijeron que analizarán cada caso”, comentó Leguizamo.

Ferromedica es otra empresa que reclama facturas pendientes. La falta de pago generó problemas de liquidez en esta compañía, lo cual obligó a reducir la nómina en un 5%.

El Estado le debe a esta firma, que se dedica a la fabricación de mobiliario médico, USD 500 000 desde hace siete meses. Santiago Garzón, jefe de Planificación Estratégica de la empresa, explica que los pagos de montos de hasta USD 10 000 no son suficientes.

La compañía adeuda USD 100 000 a sus 80 trabajadores, por los salarios de diciembre, enero, y el decimotercer sueldo del año pasado.

Durante este mes, los proveedores se han reunido con representantes del Ministerio de Finanzas, Servicio de Rentas Internas (SRI), Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), CFN, BanEcuador, Sercop y Tesorería de la Nación.

En esos encuentros, las entidades plantearon varias propuestas para hacer frente al problema de la falta de liquidez de los contratistas.

Una de ellas es que accedan a créditos en la banca pública (BanEcuador y CFN), que les permitiría tener recursos inmediatos para pagar sus haberes, pero tendrían que pagar tasas de interés, lo que se trasladaría al precio de venta del bien o servicio. Estas operaciones se harían a través de la entrega de papeles denominados CUR.

Para Garzón, es injusto que las empresas tengan que endeudarse y pagar un costo financiero que debería asumir el Estado. Añade que los empresarios ya se han endeudado en la banca, porque no contaban con el capital de trabajo para seguir cumpliendo con su producción.

Por la falta de liquidez, varias empresas proveedoras incluso están bloqueadas en el sistema de contratación pública y ya no pueden ofertar.

Los proveedores señalan que los papeles que entregue el Ministerio de Finanzas deberían servir para canjearlos con deudas con el IESS, el SRI o en la banca pública.

El Fisco cerró el año pasado con atrasos por USD 1 531,8 millones.

DIARIO EL COMERCIO